Cada día estas construyendo un camino que te llevará hacía tu futuro. Una vez has dado el primer paso de fijar tus propósitos y sueños, el segundo paso es empezar a luchar por lo que deseas.
Algunos momentos podrán ser difíciles y otros te llenarán de alegrías mientras te abres camino a ser la mejor versión de ti misma. La vida se transforma en una escalera en la que cada peldaño serán los pequeños logros que te llevarán a la cima.
La escalera que yo elegí fue la de ser una Golden, adopte los sueños de todo un grupo de personas que se transformaron en mi familia, con quienes nos esforzamos año tras año para llegar más alto. El camino fue largo, pero disfruté cada momento, todo empezó cuando quise tomar clases, por diversión, simplemente por hacer algo diferente con mi tiempo libre. En clase, empecé a desear lograr más cosas, elementos de flexibilidad, giros, saltos, acrobacias y otros… ¡Quería lograrlo todo! y poco a poco lo hice.
Un día fui invitada a ser parte del equipo juvenil de competencia, me dijeron que sería difícil, que debía llegar a ser tan buena como las otras que llevaban años en esto. No me rendí, cada clase fue un nuevo reto y poco a poco me gane un lugar en el equipo, mis compañeras se volvieron mis amigas. Me contagiaron de sus ganas de ser mejor, se preocuparon por mí y yo empecé a preocuparme por ellas, juntas lograríamos hacer de nuestro equipo el mejor de Colombia.
Los entrenamientos fueron duros, pero cada día de competencia valía la pena. El día antes de competir siempre estaba llena de nervios, pero sabía que el siguiente día lo atesoraría en mi memoria y por eso me emocionaba tanto. Competir es levantarse temprano, pasar todo el día juntas peinándonos, maquillándonos y riéndonos; finalmente es llevar el mismo uniforme, representar a la academia y entregarlo todo en el escenario. Éramos un equipo, una familia. Los años pasaron y fuimos el mejor equipo de Colombia, aún así queríamos más, ¡MUCHO MÁS!
Como la primera vez, después de un entrenamiento me llamaron para darme la noticia, querían que fuera parte del equipo Élite, aquel soñado equipo que no solo competía en Colombia, sino que viajaba al mundial a competir contra muchos países. Me advirtieron que sería aun más difícil (y lo fue), los entrenamientos y clases eran más intensas, pero como pasé con algunas de mis compañeras del juvenil, juntas afrontamos el reto.
Pasar al Élite cumplió mi sueño más grande en la academia, pero estar allí me lleno de nuevas metas y objetivos, y sobre todo de nuevos sueños: IR AL MUNDIAL, competir contra más países y ser Selección Colombia. En ese momento Golden empezó a tener una nueva dimensión en mi vida, una que me llenaba de alegría, de motivos para mejorar cada día, volviendo mi corazón completamente dorado. Mi equipo, mi familia, mi país, nunca me sentí tan capaz de lograr todo lo que me propusiera.
Viajé a mi primer mundial, representé a mi país y pude ver que aún quedaba mucho camino por recorrer. Sabíamos que eramos el mejor equipo de Colombia, pero ahora queríamos ser el mejor equipo del mundo y sin duda lo vamos a lograr. Competir con otros países despertó en mí un sentido más competitivo, no obtuvimos los mejores puestos, pero año a año derribamos barreras y poco a poco logramos, entre los cientos de equipos del mundo, quedar entre los 10 primeros, y ahora Colombia es un país reconocido en este ámbito, hemos obtenido medallas de Plata y Bronce y ahora vamos por el Oro.
Mi primer mundial fue una experiencia increíble, pero quede con ganas de mucho más y sé que el siguiente será mejor. Quería contarte mi historia, pues mis sueños se hicieron realidad y cada día más sueños se me atraviesan y quiero lograr cada vez más. Yo elegí el camino más dorado, acompañada de la familia Golden como mi sueño más valioso y ha sido la mejor experiencia de mi vida.
Y tú, ¿ya iniciaste el camino para cumplir tus sueños?