La Danza y sus Beneficios en las Niñas
El arte de la danza ha evolucionado con el pasar del tiempo, desde los primeros bailes de nuestros antepasados, hasta las modernas coreografías, se ha reinventado en un continuo aprendizaje, propiciando valores como la igualdad, la inclusión, el trabajo en equipo, el amor por uno mismo, la comprensión, y en general la autoestima de quien lo práctica.
Cuando una niña baila, no solo se mueve su cuerpo, también lo hace su mente y su alma, quienes por instantes se fusionan para dar origen a uno de las más bellas expresiones artísticas creadas por el ser humano.
Por lo general, el hecho de bailar resulta divertido para todas las niñas, quienes lo hacen de forma espontánea al seguir el ritmo de una melodía, sin embargo cuando se practica la danza como un arte, se comprende el hecho de la rigurosidad metódica, que forma carácter y genera aptitudes positivas en la niña.
¿Cuáles beneficios físicos aporta la danza?
En primer lugar podemos destacar los evidentes beneficios a la salud que produce la práctica de la danza en las niñas. Al moverse el cuerpo de forma continua, los sistemas circulatorios, nerviosos y cardiovasculares también se ejercitan, mejorando con ello, la respiración o capacidad pulmonar, la irrigación sanguínea, el tono muscular y los reflejos motores.
Otro aspecto importante que se desarrolla es la coordinación en el movimiento y el equilibrio del cuerpo, mejorando la postura, los reflejos y la forma de la columna vertebral. Además, en muchos casos permite corregir problemas asociados al pie plano.
Las niñas que practican la danza mantienen un peso corporal adecuado, por lo general son delgadas y sus niveles de colesterol en la sangre son bajos, todo esto debido a que están continuamente ejercitándose y se les inculca una alimentación sana y balanceada.
Un aspecto importante y que sobresale en las niñas que practican la danza es su postura o expresión corporal. Ellas se destacan por su porte erguido y relajado que se expresa de forma elegante en su andar.
Beneficios Actitudinales de la Danza
Por las características propias de la danza, quienes las practican desarrollan una capacidad de control y disciplina, que ayuda en la formación de una personalidad positiva y excelente autoestima, que propicia la toma de buenas decisiones a futuro.
Al bailar, la sensibilidad de las niñas se muestra a flor de piel y esto permite que las mismas se expresen adecuadamente frente a cualquier situación, mostrando sus sentimientos con total libertad.
Al mismo tiempo, cuando las niñas bailan su nivel de estrés disminuye y con ello su ansiedad, esta actividad estimula la liberación de hormonas que permiten la relajación a quien la practica, aumentando con ello la confianza en sí misma.
La danza como elemento socializador
Por otra parte, los beneficios de la danza no solo se circunscriben al ámbito físico y corporal, también propician las condiciones para que la niña aprenda sobre el comportamiento social y las relaciones humanas.
Un aspecto a destacar es el trabajo en equipo, dada sus características, en la danza es necesaria la cooperación grupal mientras se ejecuta una práctica, de esta manera las niñas aprenden lo importante de compartir y trabajar en armonía con sus compañeras.
Cuando una niña presenta problemas para relacionarse o se muestra muy tímida, la danza le permite perder el miedo y superar esa condición. Por su naturaleza el baile es una actividad social y afectiva con un alto grado de emocionalidad, todo esto ayuda a que la persona se abra y se sienta cómoda, relajada y segura.