Mamá, hoy quiero agradecerte por tantas cosas que has hecho por mí, pero en especial por todo el apoyo y el empeño que has puesto desde que empecé a tomar clases en Golden, tal vez nunca te lo he dicho, pero reconozco que sin ti jamás habría llegado tan lejos. Primero quiero agradecerte por preocuparte por mis intereses, ayudarme a buscar una academia, acompañarme a averiguar y poner tu empeño para que encontráramos la mejor, la que se ajustará a mis necesidades.
Cuando llegamos a Golden supimos rápidamente que este era el lugar al que debía ingresar, lo que no sabíamos era que el camino sería tan largo, que yo encontraría nuevos objetivos y que Golden se convertiría en una parte importante de nuestras vidas. Te preocupaste porque cumpliera con mis primeras clases, que las estuviera disfrutando y fueran realmente lo que estábamos buscando. Gracias por llevarme a clase, por entender que estas se habían convertido en algo importante para mí y que faltar no era una opción.
Cuando ingresé al equipo de competencia disfrutamos nuestro primer triunfo, si bien llegué a la academia interesada en tomar algunas clases por diversión el camino se transformó y me llevó a desear competir con los equipos de Golden y compartir con ellos el sueño de ganar un reconocimiento internacional. Con los entrenamientos y las clases, poco a poco mi tiempo libre era dedicado por completo a Golden. Quiero que sepas que fue difícil desprenderme de tantos momentos familiares en los que antes podía estar presente, pero sé que entiendes la importancia que había cobrado este proyecto en mí vida.
El primer día que me presenté con la academia tu felicidad era casi igual a la mía, ambas supimos que lo habíamos logrado. Además, noté que te esforzaste todo el tiempo por entender un poco más sobre esto, sobre elementos y estilos, las diferencias entre las disciplinas y mucho más, querías aprender sobre lo que más me gustaba, lo que me apasionaba. En las competencias al principio te enfocabas solo en mí, era tu orgullo; pero con el tiempo empezaste a ver al equipo, a conocer a mis compañeras y a preocuparte por todas nosotras. Gracias, por convertirte en la mejor consejera, por esforzarte por entender un poco más del mundo que ocupaba la mayoría de mi tiempo y mis sueños.
Así, con las presentaciones, las competencias y los años tú también te convertiste en Golden , y entre nosotras existió un nexo más, nos unía un objetivo y un sueño. Te agradezco que te hayas aventurado conmigo en esta locura de viaje Golden que hoy en día nos ha traído tantas dichas y logros, por estar conmigo en los momentos difíciles cuando las cosas no me salían tan bien en clase, aunque me vez desanimada y un poco frustrada siempre me das un empujón para seguir adelante. También quiero que sepas que cuando me presento siento muchos nervios, y que aunque frente a mí existe un público muy grande, el espectador más importante eres tú, porque tú me has puesto en ese escenario, has vivido conmigo todo el largo y difícil trayecto. Cuando salgo a escena, somos las dos, viviendo un sueño que tuvimos juntas una tarde cuando te confesé que quería tomar algunas clases por diversión.
Gracias, Mamá, por aceptar todo este mundo, por compartir conmigo esta pasión y hacerla tuya, por todos tus esfuerzos para llevarme a cada clase, cada presentación y competencia. Gracias por convertirte en una Mamá Golden, y dejar que la academia se convirtiera en un nexo más entre nosotras.
- Tú Golden Girl